Los refrescos y las bebidas con azúcares añadidos pueden disparar los niveles de colesterol y triglicéridos, con graves implicaciones para la salud, afirma un nuevo estudio.
¿Qué tan inocente puede ser un refresco? ¿Cuál es el peligro para nuestra salud de consumir bebidas energéticas o zumos envasados con azúcares añadidos?
La investigación publicada en el Journal of the American Heart Association reveló el aspecto no tan amigable del consumo de bebidas azucaradas.
Una lata de 330 ml de cualquier bebida rica en azúcares añadidos (refrescos, zumos envasados, bebidas energéticas) al día es suficiente para poner en riesgo nuestro sistema cardiovascular, según los científicos.
Al analizar datos de 6000 personas durante un período de 12 años (1991-2014), el equipo de investigación descubrió que el consumo diario de esta cantidad se asoció con un aumento del 53 % en los triglicéridos y una disminución del 98 % en el colesterol HDL (bueno).
Los hallazgos no mostraron los efectos negativos para la salud correspondientes al consumo de productos light y jugos 100 % naturales; sin embargo, los expertos no recomiendan el consumo excesivo de estas bebidas como alternativa, ya que se necesitan más estudios.
La nutricionista del Centro Médico de la Universidad de Nueva York que participó en la investigación, Samantha Heller, compartió algunos consejos para limitar el consumo de este tipo de bebidas:
- Para los niños, el consumo de este tipo de bebidas está prohibido puesto que puede volverlos adictos al sabor dulce.
- Para niños mayores o adultos, un buen comienzo puede ser un refresco con sabor o añadir un poco de fruta natural o jugo de hierbas a un refresco normal.
Finalmente, sugirió alternativas como agua, té, café o leche sin azúcar.
En cualquier caso, sin embargo, los expertos señalan que el consumo de bebidas azucaradas y refrescos no ofrece ningún beneficio nutricional y desde luego no es recomendable que forme parte de la dieta de los niños.
